El plátano macho es sencillamente delicioso frito, asado o hervido en sopas.
Cuando se prepara frito en un buen aceite, un solo mordisco con sal marina basta para disfrutar su textura suave y crocante, es sencillamente delicioso. El platano macho tiene mas vitamina A, C y potasio que la banana o platano dulce, ademas contiene, hierro, magnesio y fósforo. El magnesio es esencial para fortalecer los huesos y trabaja como protector cardiaco también.
Ingredientes
- 2 Plátanos machos (en Sudamerica: plátano verde)
- 2 tazas de aceite de semilla de uva
- Papel toalla
- Sal
Preparación
Primero, cortar las puntas de cada platano macho con un cuchillo de buen filo. Cortar en la mitad. Pelar el platano verde. Cortarlo en trozos de media pulgada.
En una cacerola mediana poner suficiente aceite de uva de manera que cubran los pedazos de platano verde cortados, calentar el aceite en fuego medio alto. Agrega los plátanos verdes al aceite caliente y freírlos de 3 a 4 minutos por cada lado hasta dorarlos. Cuidadosamente removerlos del aceite y ponerlos en un plato con papel toalla para absorber el exceso de grasa. Déjalos enfriar por 3 minutos.
Sumergir cada trozo de platano en agua salada, poner uno por uno de los pedazos fritos de platano macho sobre un trapo humedo y cubrirlo con otro pedazo de plastico. Con otra cacerola mediana o piedra de mortero presionar bien hasta aplastar el trozo de platano macho y quede una tostada aplanada de 1/4 de pulgada de grueso. Después vuelve a sofreirlas por partes en aceite previamente caliente alrededor de 3 minutos por cada lado.
Una vez doradas sacarlas y transferirlas a un plato con papel toalla para absorver el exceso aceite, espolvorear un poco de sal marina y prueba la delicia. Procura servirlas calientes para poder saborear sus textura suave y crocante antes de que se enfrien. Me encantan con guacamole, salsa ranch vegana hecha en casita, o pruébalas con tu salsa picante favorita o un deli ceviche encima.